sábado, 31 de octubre de 2015

Cuento: ¿Un sueño?



¿Despierto o duermo? Imposible saberlo. Una presión sobre el pecho me paraliza. Oigo ruidos escalofriantes, chirriantes, que ponen la piel de gallina. Sombras veloces, fugaces, cruzando mi habitación. Susurros, voces ininteligibles y aire frío, helado, angustiante. Me ahogo. Me cubro. Rezo. Un jadeo. Asomo la cabeza sólo un momento y…

miércoles, 14 de octubre de 2015

Algo debe tener el amor



Algo debe tener el amor para que las personas lo busquen con tantas ansias. Algo debe provocar en el interior, más allá de las palpitaciones, el deseo, la necesidad de ver, oír o tocar al otro. Algo que va más allá de esa sensación hipnótica de que sin esa otra persona ya no eres nadie, estás incompleto, estás perdido... cuando hacía sólo unos días, meses, años ni siquiera sabías de su existencia.

Algo debe tener el amor para que por su culpa haya guerras y haya paz. Para ser el motivo por el cual se ha matado, odiado, perdonado, condenado, disculpado e incluso amado más. Algo para que las leyes del tiempo queden inválidas ante una nueva verdad: a mayor distancia entre los involucrados, menor la velocidad de rotación del reloj.

Algo debe tener el amor para que haya libros, canciones, poemas, monumentos, películas, edificios y ciudades creadas en su honor. Para que la muerte sea el peor temor de quienes no quieren verse separados nunca, y la enfermedad tan sólo una prueba más a superar en pareja. Algo debe tener para que todo parezca más fácil de resolver entre dos aunque estadísticamente no marque ninguna diferencia.

Sí, algo debe de tener, pero cómo podría saber yo qué es cuando sigo sin encontrarlo, vagando por las frías noches de invierno y los cálidos días del verano sola, sin haber amado jamás. Algunos dicen que es imposible no amar. Y no me malinterpreten: he amado a mis padres, a mi familia, a mis amigos... Pero ese amor tan profundo, tan inalcanzable, tan perfecto y delicado que se describe y percibe a través de los enamorados, ese jamás lo he sentido.

Algo debe tener el amor para hacer que mi corazón palpite con anhelo de encontrarlo un día y saber que serás mío de la misma forma en que yo seré tuya.

viernes, 2 de octubre de 2015

Carta en un día frío para vos


“Quiero que vayas a tomarte una cerveza con tus amigos, para que al día siguiente tengas resaca y me pidas que vaya a verte porque quieres tenerme entre tus brazos y que nos acurruquemos. Quiero que hablemos en la cama por la mañana de todo tipo de cosas, pero algunas veces por la tarde; quiero que cada uno haga lo que quiera durante el día.

Quiero que me hables sobre las noches que sales con tus amigos. Que me digas que había una chica en el bar que te hacía "ojitos". Quiero que me mandes mensajes cuando estés borracho con tus amigos para que me digas cosas tontas, sólo para que puedas estar seguro de que yo también estoy pensando en ti.

Quiero que nos riamos mientras hacemos el amor. Que empecemos a reírnos porque estamos probando cosas nuevas y no tienen sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos, para que me tomes de la mano y me lleves a otra habitación porque ya no puedes aguantarte más y tienes ganas de hacerme el amor ahí mismo. Quiero intentar permanecer en silencio porque hay gente y nos pueden oír.


Quiero comer contigo, que me hagas hablar sobre mí misma y que tú hables sobre ti. Quiero que discutamos sobre cuál es mejor, la costa norte o la costa sur, el barrio occidental o el oriental. Quiero imaginar el departamento de nuestros sueños, aun sabiendo que probablemente nunca vivamos juntos. Quiero que me cuentes tus planes, esos que no tienen ni pies ni cabeza. Quiero sorprenderme diciendo: “Toma tu pasaporte, que nos vamos”.

Quiero tener miedo contigo. Hacer cosas que no haría con nadie más, porque contigo me siento segura. Volver a casa muy borracha después de una buena noche con amigos. Para que me tomes la cara, me beses, me uses como tu cojín y me abraces muy fuerte por la noche.

Quiero que tengas tu vida, para que decidas irte de viaje unas semanas por puro capricho. Para que me dejes aquí, sola y aburrida, deseando que salte tu carita en Facebook diciéndome “hola”.

No quiero que siempre me invites a tus juergas, y no quiero invitarte siempre a las mías. Así, al día siguiente puedo contarte cómo fue la noche y tú puedes contarme la tuya.

Quiero algo que sea simple y, a la vez, complicado. Algo que haga que, a menudo, me haga preguntas a mí misma, pero que, en el momento que esté contigo en la misma habitación, desaparezcan todas las dudas. Quiero que pienses que soy guapa, que estés orgulloso de decir que estamos juntos.


Quiero que me digas te quiero y, sobre todo, poder decírtelo yo a ti. Quiero que me dejes andar por delante de ti para que puedas ver cómo se mueve mi trasero de lado a lado. Para que me dejes arañar las ventanas de mi coche en invierno porque eso te hace sonreír.

Quiero hacer planes sin saber si al final los realizaremos. Estar en una relación clara. Quiero ser esa amiga con la que adoras estar. Quiero que sigas teniendo el deseo de tontear con otras chicas pero que me busques a mí para terminar la noche juntos. Porque quiero ir contigo a casa.

Quiero ser esa a la que le haces el amor y después te quedas dormido. La que te deja en paz cuando estás trabajando y a la que le encanta cuando te pierdes en tu mundo de música. Quiero tener vida de soltera contigo. Porque nuestra vida de pareja sería igual que nuestras vidas de solteros de ahora, pero juntos.

Un día, te encontraré”.

Poema de la escritora canadiense Isabelle Teissier.

martes, 28 de julio de 2015

Todo o nada


Que ganas tengo de amarte, de morderte, de besarte, de hacerte mío y que tú me hagas tuya, y sepas que no habrá otro hombre en mi vida más que tú, porque te amo, porque soy tuya, porque nací y fui creada para ti, así que como tú fuiste pensado para mí.

Te extraño.

Aún sin conocerte, sin haberte visto, puedo imaginar las líneas de tu rostro y casi reconozco el aroma de tu cuerpo, la textura de tu piel, el calor que despiden tus poros cuando tus brazos fantasmales me envuelven aquí, en medio de tanta gente… y sigues sin estar tú.

Peor que un vampiro, absorbes mi alma y mi vida, nublas mi juicio, me encierras en un ataúd a tu lado aislándome del mundo para que sólo piense en ti. Peor que un licántropo, has devorado mi corazón para que no pueda amar a nadie más, y sin embargo desapareces junto con la luna y sólo me visitas cuando la maldición parece menguar.

Tú, siempre tú, que vas y vienes sin irte y sin llegar jamás. Tú que te escabulles de mí, cual criatura de la noche, y no me dejas alcanzarte. Haces aparecer mi lado más débil y vulnerable sólo para dejarme ver que sin ti sigo sintiéndome incompleta.

Cada vez que creo que voy a encontrarte sólo veo retazos de ti, de tu esencia, y te desvaneces entre mis dedos dejándome con más ansias que antes. Y así, resignada, me doy cuenta de que sólo podré hacerte mío en sueños, donde nadie más pueda vernos, porque el destino sigue sin decidirse a dejarnos jugar en la vida real y a que demos todo o nada.

Pero algún día, amor, algún día juro que te haré mío y que jamás te dejaré ir. Y tú jamás querrás irte porque, al final de cuentas, somos parte del mismo ser, de la misma alma y del mismo cuerpo. Y lo que la eternidad ha creado como un todo, ni siquiera el tiempo lo podrá separar.

miércoles, 7 de enero de 2015

La magia de Harry Potter


Luego me preguntan por qué me gusta tanto Harry Potter... Tal vez al ver este video muchos puedan entenderlo, pues basta ver alas criaturas, los personajes, los escenarios y la trama para entender la complejidad que se esconde detrás de las películas.

Basta observar la maravilla de universo creado por Rowling para entender que estas novelas trascenderán las generaciones y llegarán a millones y millones de personas, pues se trata de una historia con múltiples capas de profundidad cuyo mensaje al final es el amor, la amistad y el recordarnos que nosotros podemos lograr lo que nos propongamos, que no estamos solos, y que quienes nos aman jamás nos dejan.



Si aún no le has dado una oportunidad a esta historia, hazlo, no te arrepentirás. Tal vez el primer libro tiene un tono más "infantil" que los demás (lo cual suele ahuyentar a los lectores adultos), pero si le das una oportunidad a la historia, jamás la abandonarás.