domingo, 20 de diciembre de 2009

Sphère



Un instante de paz que vuela, que se deja ser.
Una hoja de pájaro vieja, una pluma de papel.
Un sueño que no termina, que nunca dejó de ser.
Una luz que se creía perdida, que poco a poco vuelve a nacer.

Fortaleza de mi alma y soledad de mis noches,
pensamiento de mis días y escaparate de mis emociones.
Reflejo de quien soy y no de quien me vi forzada a ser.
Espiritualidad congelada al borde de un margen.

Envuelta en papel celofán me vi traída al mundo con un moño de regalo atado en la nuca y un trozo de cilantro entre los labios, por aquello del sabor en todos los momentos. Me alejé de la cocina en cuanto la detecté como punto común de mi familia, pero ahora todos los mejores momentos de mi vida la llevan de por medio: hornos, estufas, refrigeradores, comidas, mesas... Cocina, cocina, cocina.

A corta edad descubrí la presencia de mi otro Yo pero no era capaz de entenderlo. No creí en amigos imaginarios porque sabía que me tenía a mí misma, a esa otra Yo. Pero la otra Yo no se ha domesticado, no se dejó seducir por los buenos modales de encaje y franela, con tontas reglas de etiqueta que mis tías recitaban al compás de un Vivaldi o un Franz Liszt.

No, no, tú debes ser así. Mais je veux... No, no, tú debes ser así. But I just want... No, no, tú debes ser así.

Bien, lo consiguieron. Con sus reglas y sus cajas de cartón de trazos angulosos, sus deseos y sus tradiciones, y todas aquellas burdas murmuraciones, me aislaron de mí misma y ¿qué consiguieron? Que me volviera su peor pesadilla.

No pudieron luchar contra el ángel por no saber comprenderlo y me volvieron monstruo. Me lanzaron piedras y martillazos hasta quebrarme en fragmentos cristalinos que con pegamento no se podrán unir.

Pero ahora yo renazco de entre las cenizas de diamantina con más fuerza que nunca. Con un deseo y una urgencia de ser, de existir, de vivir. Quiero experimentar lo que me fue negado, quiero decidir por mí misma lo que me fue vedado, quiero develar los secretos que tanto me han ocultado.

Vivo, vivo, vivo. Me he librado del papel celofán, de la burbuja de cristal, del embrujo que mantenía mi alma atrapada entre rejas de oro y plata. Vivo, vivo, vivo y renazco con alas de águila real, con vista de halcón, y alma de tigre y jaguar.

¿Qué más puedo perder si no lo llego a intentar?

Hoy estoy lista para amarme y para amar, para entender y no juzgar, para sentir y para desear. Se acabó la época de sueños que se tejían detrás de un gran ventanal; hoy salgo cabalgando en mi fuerza de voluntad, con mi fe como espada y mi esperanza como escudo, decidida a volver todo lo que he dicho y pensado una clara realidad.

Ya no dependo de nadie para existir. Recuperé mi inmortalidad. Ya estoy aquí.